martes, 14 de junio de 2011

Soy fruto de buenas influencias: Francisco Olvera

"Hasta el 4 de julio de 2010, una coalición me postuló; después, acaso pocas horas más tarde, un mandato constitucional, me otorgó honrosa responsabilidad que ejerzo para todos los hidalguenses".
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Lic. Francisco Olvera Ruiz
Francisco Olvera, en este junio escaso de nubes grises, cuenta la historia. Escoge pedacitos de su pasado. Afectuoso, cordial y festivo. También impenetrablemente serio como al advertir:

"Hoy, nada de política; ni de elecciones. Vivimos tiempos de campaña. No rompería el silencio que por ley debe mantenerse".

Sí dice de su trabajo:

"Nada se compara con el privilegio de gobernar. Se construye para el estado con alegría por la oriundez; para la gente toda, sin colores, ni distinciones de credos. La que mantiene esperanzas. La que es como yo mismo, con familia, que espera mejores mañanas". (sigue...)

Enfatiza:

"Hasta el 4 de julio de 2010, una coalición me postuló; después, acaso pocas horas más tarde, un mandato constitucional, me otorgó honrosa responsabilidad que ejerzo para todos los hidalguenses".

BUENAS INFLUENCIAS

Reconoce la influencia, "la buena, la que me dio rumbos", que le transmitieron estudiosos de la historia.

Olvera se desanuda la corbata. Persigue el rélax de la plática de sus recuerdos. Desgrana nombres. Se le advierte nostálgico. Los años se fueron:

"Juan Manuel Menes, Raúl Guerrero Guerrero, el padre Héctor Samperio, Arnulfo Nieto Bracamontes, Luis Rubluo, Víctor Ballesteros (a quien llama queridísimo hermano), José Vergara, Luis Corrales, Arturo Herrera Cabañas, Efrén Meneses Villagrán, el también padre Rafael Guzmán, Raúl Arroyo, Luis Jiménez Osorio, Juan Manuel Plowes, Julio Ortega, Edgardo Guerrero".

Fueron ellos parte del Centro Hidalguense de Investigaciones Históricas, A.C. (Cehinhac), fundado el 12 de octubre del lejanísimo 1972. ¿Su misión?: preservar valores de la entidad y escudriñar en sus ayeres. Inmenso mapa en sus mentes del que conocían los íntimos recovecos.

Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), egresó por titulación automática con 9.24 de promedio.

Abre paso a la modestia. Reconoce: "Tuve compañeros con notas más altas. Ellos, más que sobresalientes".

Años después se especializaría en corretaje público.

"Me encerré en casa para estudiar. Mi esposa, Lupita (Romero), como siempre, solidaria, me alentó. Hubo un examen de oposición. En el primer intento lo aprobé. Valió la pena. Mi trabajo me costó. Hombre de hogar, como cualquier otro, tenía que proveer el sustento. No era de cruzar brazos y esperar".

En esa función, en espacios en que, como antaño, incursionó en la administración pública, instaló un despacho y se volvió hombre de confianza de pachuqueños que deseaban legalizar la propiedad de terrenos o inmuebles.

"Me resultó grato que después, al recorrer colonias, muchos se me acercaran y me dijeran: «Con usted finiquitamos trámites de escrituras». Me lo recordaron.

"En San Bartolo, en la Anáhuac, en la colonia Militar, en..."

Y cita otras.

"Me tuvieron fe. Cobraba lo justo".

NO ES DE JUEGOS

Olvera no es de juegos, más que de futbol y, esporádicas ocasiones, tenis. De terceros ha oído de cubiletes, de cuero grueso o frágiles como vasitos de plástico; de naipes, nada. A veces, con los hijos, con su esposa, pasatiempos con dados saltarines: La Oca, Serpientes y Escaleras. Y una que otra vez, memorama.

Integrado a las confidencias, enfatiza que no es de resentimientos.

"Nunca he albergado animosidades de ese tipo. ¿Envidias, rencores, frustraciones? ¡Bah! Nos destruyen. Lo que he logrado ha sido con dedicación. La vida me ha sido generosa. Tengo mi familia, amigos, como Miguel Osorio, y no soy de quienes hacen castillos para el futuro. No forjo horizontes de supuestas vanaglorias".

Para el ex gobernador Osorio tiene encomios.

"No hablo de lo que hizo en el estado, en diferentes puestos, sino en lo humano, de su temple. No niega afectos, aunque pudiera anteponerlos si no obtiene los resultados que en su calidad de jefe exige. En la política, férreo: no voltea para atrás. Nunca lo advertí mirar sobre el hombro".

Anticipa Olvera que terminará su mandato arribando a los 60 años.

"Estoy fuerte, afortunadamente sano; a lo que viene por delante no le dibujo metas, ni me complico en el acertijo de suposiciones del qué voy a hacer. Ya vendrá; eso espero".

DESEO: LA NAVAL

Muy joven, salió a la aventura de estudiar en Veracruz.

"Tenía el anhelo de ser cadete de la Escuela Naval. Sustenté examen. Quedé a pocos puntos de ser aceptado. Es más, de no haber solicitado mis documentos, hubiera ingresado. Hay cuestiones que uno se las adjudica al destino. Me congratulo de esa adversidad. Mi madre está en Pachuca. Necesariamente, por cuestiones de servicio, me hubiera alejado de ella. Por eso, entre otras razones, retorné a mi ciudad".

Su padre estuvo ligado a la industria minera. Olvera nació en la Clínica Minera, la que se encontraba en la calle Allende.

"Se acomodó a posibilidades familiares. Cuando paso por ahí, lo recalco en la memoria".

Habla de su propósito de que la cultura se difunda en todos los estratos, especialmente entre los de menos recursos. Y agrega: "Con los jóvenes; ellos deben prepararse".´

Se refiere a su gusto por la música.

"El jazz es género de mis predilecciones. Comparto el placer de la improvisación, de cómo se bordan temas y se desmenuzan, según la emoción de los músicos. Es pensar en Nueva Orleáns, al sur de Estados Unidos. Imaginarlo como en el cine. Lugares atestados, humo y trompetas, el bajo que acompasa, la batería que marca tiempos, y voces, roncas, o inmensamente agudas, haciendo de las notas espontáneas, cúmulo de sus yos internos".

Cita a compositores como Dave Holland, Lalo Schifrin, Sacha Distel y cantantes, entre otros, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald, Lionel Hampton, Dina Shore, Peggy Lee y Sara Vaughan.

Tras menciones de compositores, entre clásicos y populares, indica que en sus ánimos resuena la salsa.

"Es un género desarrollado por músicos latinos de origen caribeño. Mezcla, al fin, de rasgos melódicos de la isla, jazz convencional y del folclore latino. Es la entrada de varios estilos de Cuba como danzón, guaracha, guaguancó, mambo y chachachá..

"Hubo bandas significativas, la de Juan Fornell y La Charanga habanera".

Se explaya en el cajón de los cantantes, de corridito:

"Celia Cruz (¡Celia Cruz!), Willie Colón, Eddie Palmieri, Rubén Blades, Héctor Lavoe, Marc Anthony, Oscar D' León y Eddie Santiago; con esos, por el momento, bastan".

En la juventud, aprendió a tocar la guitarra.

"No fui, virtuoso, tampoco, nunca, me atreví a cantar. No se me dio jamás. Fueron cinco años, aproximadamente, en que ya dominaba acordes y acompañaba a los de buenas voces.

"Nunca tuve guitarra propia. Con la que practicaba era prestada, de un huésped de la casa de que mi mamá administraba".

Le gustaba la oratoria. No pudo encontrar por entonces quien le explicara refinadas técnicas de hablar en público.

"En contraposición, me sumergí en los secretos de la declamación. Tres años. O algo más. La traté de lleno. Recuerdo muchas poesías..."

Ante el pasmo de sus interlocutores, retoma, ahogada la pretensión de "me van a escuchar"...

"...algún día, algún día se las digo".


Fuente: oem.com.mx
Url: http://www.oem.com.mx/elsoldehidalgo/notas/n2107210.htm

                                                                                                           
Fundación Colosio Filial Hidalgo -  Ing. Benjamín Rico Moreno  -  Presidente

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